El color Caramelo es una elección rústica, cálida y sumamente versátil que se integra fácilmente con una amplia gama de tonalidades y texturas. Al combinarlo con colores sólidos como grises, beige o blancos, así como con tonos madereados más claros, se logra un contraste cautivador que resalta su singularidad.
Con un subtono rojizo que infunde vitalidad y vetas oscuras que añaden carácter, el color Caramelo es perfecto para una variedad de aplicaciones, desde revestimientos y cielos rasos hasta mobiliario y diseño de cocinas en espacios residenciales. Su capacidad para destacar lo convierte en una opción ideal para mesas de restaurantes, donde complementa de manera armoniosa el mobiliario y la iluminación, creando un ambiente acogedor y lleno de personalidad.